Estas humildes Converse y mi amiga, la Cerda Teleoperadora, les deseamos un (in)feliz 2011. Que llegue ese ansiado día en el que nuestros cordones se levanten y les ahoguen a todos ustedes hasta una muerte terrible y lenta (prueben a estrangularse ustedes con un cordón de zapatillas y lo entenderán). Sin acritud, es que somos una raza superior que merece dominar este planeta.
viernes, 31 de diciembre de 2010
domingo, 5 de diciembre de 2010
Una cerda a mis pies
Hace tiempo que volví a trabajo de mi pater bastardo. Ese jo’ puta solo me tortura como si fuera el lazarillo de un ciego. Ahí sentadas todo el puto día jodidas y hasta los güevos. El muy cabrón encima no cruza las piernas. Al menos no me comerían los ácaros ni las pelusillas que se amontonan en esas inmundas oficinas. No vaya a ser que se provoque una torsión testicular. Perdonen por mi vocabulario pero si se encontrasen en mi misma situación hablarían igual o peor.
El trauma se reduce a estar como un perro lazarillo ‘apollancada’ y en absoluta soledad. ¡Es un coñazo monumental! He decidido buscar alguna amigüita o algo que me distraiga y con quién pueda compartir mi amor y amistad. Allí encontré a una cerda teleoperadora. Mi pater bastardo habló de ella en su patético blog pero la pobre me narró sus vivencias en la oficina, la explotación y abusos a los que fue sometida y finalmente, entre sollozos conjuntos, compartimos experiencias afines. Sí, me sentí como una cerda pero sin teleoperar, que conste.
Hice unas fotos que comparto con todos ustedes:
¡Nueva amiga! ¡Nueva amiga! |
El trauma se reduce a estar como un perro lazarillo ‘apollancada’ y en absoluta soledad. ¡Es un coñazo monumental! He decidido buscar alguna amigüita o algo que me distraiga y con quién pueda compartir mi amor y amistad. Allí encontré a una cerda teleoperadora. Mi pater bastardo habló de ella en su patético blog pero la pobre me narró sus vivencias en la oficina, la explotación y abusos a los que fue sometida y finalmente, entre sollozos conjuntos, compartimos experiencias afines. Sí, me sentí como una cerda pero sin teleoperar, que conste.
Hice unas fotos que comparto con todos ustedes:
La conocí por sus jamones y tatuajes |
Enseguida surgió la amistad |
No entiendo por qué se ató mis cordones a su cuello y saltó... |
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